¿Te preguntas por qué tu gato duerme en tu cuello o cabeza? Algunos adoran subirse ahí arriba cuando estás en la cama de madrugada, o se cuelan entre tus piernas y se quedan ahí dormidos tan plácidamente. Otros lugares predilectos son en tu barriga, pecho o tus pies. En este artículo te contamos por qué.
Hay varias razones; dos son las principales y luego hay otra un tanto esotérica y mística. Las causas más habituales son dos: apego y búsqueda de calor. La tercera, y que os aseguramos que hay gente que la cree, es que los gatos son puentes entre el más allá y nuestro mundo, de forma que ordenan y limpian nuestra aura al ponerse sobre nuestro cuello o cabeza.
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¿Has visto Friends? ¿Recuerdas ese capítulo en el que Phoebe dice que en la nuca se encuentran las feromonas y que por eso las chicas son más bajitas? Pues tu gato elige tu cuello para dormir por algo parecido, porque ahí se encuentra tu fragancia: en tu pelo, en tu cuello y en tu cara.
A quienes tienen barba, también se le tumban por la cara. De madrugada o cuando estás echando tu plácida siesta de domingo, saltan sobre ti por puro apego.
Con la cabeza ocurre lo mismo, quieren una mezcla de tu aroma y del calorcito que desprendes. La pregunta ahora es: ¿es bueno dejar que tu gato duerma tan cerca de tu cara? ¿Eso le aporta felicididad o apego?
Lo que te recomendamos es que evites que un gato escoja tu cabeza para dormir. Aunque te parezca adorable, es importante que tu gato sepa dormir en tu cuna y no adopte esta postura de ‘dominación’ ante ti.
Si lo hace porque busca calor, cámbiale de sitio su camita y consíguele para él una zona confortable, cómoda y más calentita. Si lo hace porque quiere estar cerca de ti, acostúmbrale a descansar en un espacio que sea verdaderamente cómodo para los dos, como tu regazo. Recuerda que puedes hacerle algo de ropa casera si tiene demasiado frío.
Si duerme en este sitio es porque tu área genital expide calor que le gusta al gato. Se posará sobre tus piernas y se enrollará para que tú le mimes. Esta es una de las posiciones más habituales para dormir con tu gato, porque podrás estar sentado mientras trabajas, escribes en el ordenador o haces lo que quieras.
Los que trabajamos con ordenadores estamos acostumbrados a ver a nuestros gatos sentados sobre nuestro equipo en busca de calor. A veces no es que quieran calor, es que quieren llamar nuestra atención porque pueden estar enfermos o tienen alguna lesión.
Esta es una variación de dormir sobre tus piernas, pero suele hacerlo cuando tú mismo estás tumbado. Te recomendamos que se lo permitas siempre que no tengas ninguna alergia, estés seguro de que no tiene parásitos internos y de que te deja dormir bien.
Lo que nunca has de hacer es sacrificar tu descanso a cambio del suyo, porque entonces iniciaréis una relación tóxica. Él es un animal y disfruta y está más tranquilo y seguro cuando estas reglas están claras y marcadas.
Otro lugar seguro para ambos es que duerma a tus pies. Te los calentará en días de frío y él con ellos, pero acostúmbrate a que lo haga solo:
El motivo es el mismo que te hemos contado antes: tú tienes que descansar y no todos los gatos lo permiten por su alta actividad. No se enfadarán si los ‘rechazas’, pero tómatelo como una llamada de aviso de que no les gusta la zona que has elegido para él para dormir.
Si no le ponemos límites, si permitimos que se duerma cuando le plazca sobre nuestra barriga, lo más posible es que desarrollemos un problema de apego. Si se produce, sufrirá ansiedad de separación cuando tú no estés, vomitará y lo pasará mal en tu ausencia, por eso tienes que aprender a marcar límites
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